viernes, 31 de julio de 2009

"Cerezos en flor" (Kirschblüten -Hanami-) y "Up"


A algunos os extrañará la comparación entre dos películas tan distintas y dispares, que en principio lo único que parecerían tener en común es que ambas son estupendas, cada una en su estilo. La primera, "Cerezos en flor", es la última película de la directora alemana Doris Dörrie, y que vi hace un par de semanas ya que la voy a incluir en mi tesina. Es un filme místico y reflexivo, pausado y bello, en el que es más que evidente la pasión que siente la directora por Japón. La segunda, "Up", es el nuevo logro de Pixar, y que tuve la suerte de ver ayer. De factura impecable (es verdad que ya no nos podemos imaginar como van a lograr superarse a si mismos), destaca especialmente más que por su historia aventurera, por las relaciones entre los personajes, que por otro lado, aunque están muy bien dibujados, para mi ninguno llega al carisma de otros como puedan ser Wall-E, o Woody y Buzz Lightyear. No quiero decir con esto que no me guste, me encanta y tiene puntos realmente sensacionales, pero le falta un poquito para ser completamente redonda como lo son otras.

Y a estas alturas aún os estareis preguntando, "vale, ¿y que tienen entonces en común?". Pues si que tienen algo, de hecho mucho, y para mi fue tan evidente mientras ayer veía "Up" que supe inmediatamente que tenía que hablar aquí de las dos películas juntas. Y es que ambas nos cuentan dos bellísimas historias de amor de parejas que llegan juntos hasta la vejez y ya dependen tanto el uno del otro que no se imaginan la vida si uno de los dos no está. Cuando en ambos casos, las esposas de los protagonistas mueren, ambos tienen que enfrentarse a su nueva vida en solitario. Hay escenas en las dos películas en las que los dos protagonistas se encuentran solos en casa en sus primeros días sin la mujer a la que amaban, que son prácticamente calcadas. En los dos casos se nos transmiten los mismo sentimientos y los entendemos perfectamente (con razón en las dos películas me pasé gran parte con lágrimas en los ojos). Y finalmente, ante esa soledad en la que se han quedado, los dos protagonistas deciden emprender sendos viajes hacia los lugares que amaban sus esposas: en el caso de "Cerezos en flor", ya he dicho antes que es un viaje más místico e introspectivo, a Japón, al monte Fuji, ya que verlo era el sueño de su mujer y nunca llegó a cumplirse. También era el sueño de la mujer del protagonista de "Up" ir a vivir a Sudamérica, en las Cataratas Paraíso, pero tampoco pudieron ir nunca, así que su marido también decide marcharse allí, con la casa a cuestas, en un viaje más aventurero y divertido, pero con el mismo trasfondo.

En las dos películas, también se deja ver la frustración de los maridos al creer que por su culpa se frustraron los sueños de sus esposas, el de la mujer de "Cerezos en flor", ser bailarina de butoh y vivir en Japón, y el de la de "Up", ser una aventurera recorriendo toda Sudamérica, pero que finalmente descubren que para ellas la verdadera aventura fue vivir la vida junto a ellos, y que aunque tuvieron que renunciar a algunos de sus sueños de juventud, vivieron otros muchos nuevos, fueron felices y no cambiarían su vida. Ya cuando vi la película me pareció una hermosa reflexión, y al verla otra vez ayer me emocioné mucho. Otro detalle para que todavía sea más evidente el parecido entre las dos películas, es que los dos protagonistas hablan con sus mujeres como si estuviesen vivas: en "Up", es la casa la que representa a la mujer, a la que le enseña lo que va viendo y le comenta sus problemas, mientras que en "Cerezos en flor", como no se puede llevar la casa encima, lo que representa a la mujer es su ropa, que el marido se pone debajo de su abrigo, y de ese modo le va enseñando todo lo que descubre, hablando a veces también con ella.

Para acabar, en los dos casos los dos hombres encuentran el apoyo y la compañía que necesitan en dos personajes mucho más jóvenes pero que ya saben de la vida. Como siempre, en la alemana la relación es más madura y filosófica, mientras que en la de Pixar es más divertida, pero aún así en los dos encuentran ayuda en ellos para cumplir sus objetivos y acaban unidos por una amistad que en un principio parecía inimaginable.

El cine nos cuenta historias universales, y por eso es normal que muchas veces coincidan, ya se trate de una película infantil de animación o una alemana con tintes japoneses: el amor siempre es el mismo, sea dónde sea, lo vea quien lo vea y se muestre como se muestre.

Un beso a todos.

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