martes, 8 de diciembre de 2009

Hamlet

Ya que estamos en una de las épocas más horribles en cuanto a estrenos se refiere que he vivido en mucho tiempo, he estado tirando de películas que ya tienen algún tiempo. El otro día, mis amigos que estudian Filología Inglesa me dijeron que tenían que ver "Hamlet", la versión de Kenneth Branagh de 1996, para una clase, y decidí unirme a ellos. Entre otras cosas, porque ya la había intentado empezar a ver hace años y me había quedado en la última hora (4 horas de película en la tele son prácticamente insoportables para cualquiera), pero no la recordaba mal, y además, porque soy una amante incondicional de la obra de Shakespeare desde que vi una versión maravillosa en teatro hace también algunos años. Para empezar diré que, como siempre me ocurre, no estoy de acuerdo con muchas de las críticas de la película, ya que la ponen poco menos que de obra maestra, eso cuanto menos. Puede que yo no sepa nada de Shakespeare ni de sus adaptaciones, pero yo no veo que esta película sea una obra maestra, la mire por donde la mire. Creo que es una gran empresa, en la que se nota el empeño que se ha puesto, y la calidad, aunque no siempre. No está mal dirigida, aunque la opción de narrar algunas cosas en flashbacks es claramente fallida, pero hay escenas que me parecen, y me duele decirlo, muy malas, especialmente, la del encuentro de Hamlet con el espectro de su padre, que está fatal dirigida, interpretada, hecha en todos los aspectos, y muy artificial, algo que era innecesario. Y es que todo en esta película es grande, y por tanto también lo son sus defectos, que a veces se hacen demasiado evidentes. Es, al igual que le pasaba a "Amadeus", una película muy barroca, y no es que eso sea un defecto en sí, pero mientras que la gran película de Milos Forman no llegaba a saturar en sus pretensiones, ésta sí lo hace.

Que Kenneth Branagh adora a Shakespeare, y que con esta cinta pretende hacerle un homenaje definitivo, eso está claro. Ya habíamos visto su pasión por el escritor inglés en otras adaptaciones suyas como "Mucho ruido y pocas nueces" o la más reciente "Trabajos de amor perdidos", que eran empresas más pequeñas y que son muy entretenidas y están muy bien resueltas. Pero con "Hamlet", el principal problema reside en que la obra en sí ya es demasiado compleja, mucho más que las otras, y Kenneth Branagh quieres abarcar demasiado: dirigirla, protagonizarla, adaptar el guión... y claro, al final el proyecto hace aguas por todas partes. Creo que el hecho de querer hacerlo todo no sólo es por amor a Shakespeare, sino también a si mismo, y que si hubiese sabido delegar en alguien, el resultado final hubiese sido mejor. Además, yo personalmente le hubiese agradecido eternamente que nos hubiera ahorrado esa interpretación pedante, esperpéntica e inexplicablemente afeminada que hace de Hamlet, destrozando el personaje y haciendo que la empatía con el mismo sea prácticamente nula. Tal vez la interpretación de Eduard Fernández que vi en su día en el teatro fue tan absolutamente perfecta que nadie me vuelva a convencer haciendo este papel, pero es que Kenneth Branagh realmente no me gustó, no le vi los matices que tiene el personaje, pasaba de los susurros a los gritos, a la euforia y a la verborrea más desatadas, sin ningún tipo de termino medio. La escena en la que le dice a los actores cómo se debe interpretar sin ser exagerado es de tal contradicción que da risa.

El resto del reparto no es que esté mucho mejor, la mayoría están también exagerados, o parece que no se creen sus personajes. Destacaría especialmente a Derek Jacobi, muy contenido en su papel del rey Claudio, al igual que los desconocidos para mi Nicholas Farrell, perfecto en uno de los mejores papeles de la obra, el de Horacio, y Richard Briers, muy divertido como Polonio, o una joven Kate Winslet a la que le faltaba un año para despuntar con "Titanic" y que ya demuestra que le sobra talento haciendo de una guapísima Ofelia, y que ha pesar de la locura de su personaje, está más en su sitio que muchos de lo demás actores. Son de los pocos que consiguen que nos creamos lo que dicen y que nos metamos en la historia. Los demás parecen olvidarse que, si bien no siempre, la exageración está reservada para el teatro, en el cine no sólo es innecesaria, sino que queda fatal, como ocurre por ejemplo, con una buena actriz como Julie Christie, que aquí está horrible. Punto y a parte merecen lo cameos de los que suponemos que son amiguitos americanos de Branagh, que sino no tiene sentido que estén aquí, como Billy Crystal o Robin Williams.

La película obtuvo 4 nominaciones a los Oscar: la primera, mejor guión adaptado. ¿Buen guión adaptado? Siempre había creido que un guión bien adaptado era aquel que, trasladado al cine, ocultaba de manera perfecta su procedencia de una novela o una obra de teatro. Esta película es el perfecto ejemplo de todo lo contrario: se ha cogido el texto de la obra y se ha trasladado a una película, sin más, sin modificaciones. Vale que hay distintos decorados (muy elavorados, ya hablaré de ellos luego), pero en el fondo casi toda la película se desarrolla en el palacio, especialmente en el salón principal. Sí, vale que también una muestra de respeto hacia Shakespeare. Vale. Pero entonces no se merece esa nominación, porque no está bien adaptada para el cine. Aunque el teatro tenga esa magia que puede conseguir que el espectador esté atento durante horas, el cine es diferente, el espectador quiere entretenerse y tienen una capacidad de concentración más limitada. Es imposible, como he dicho antes, aguantar cuatro horas de película (me da igual que sea esta o la trilogía de "El señor de los anillos"; sólo se salva "Ben-Hur", y porque no llega a las 4 horas), por muy entretenida que sea, y menos si tiene larguísimos monólogos no demasiado bien interpretados. Así que lo dicho, si ni si quiera mi amada "El fantasma de la ópera", con la cual por cierto encontré mucho parecidos estéticamente, me parece que esté muy bien adaptada por ser calcada a la obra musical, menos me lo parece esta.

Las otras nominaciones que tuvo fueron al mejor vestuario, mejor dirección artística y banda sonora. El vestuario es bastante bueno y variado, si no tenemos en cuenta, claro, que los soldados del ejército Fortinbrás parecen más de la revolución rusa que de una obra shakesperiana, pero bueno. La banda sonora es interesante, y tiene momentos en los que está muy bien utilizada, pero no me parece más destacable que otras. Por tanto, lo que más me gustó fue la dirección artística: los decorados de los diferentes escenarios están elaboradísimos y son imponentes. Tiene una estética gótica que, como digo, me recordó en muchas ocasiones a "El fantasma de la ópera" (las velas, los espejos, el cementerio, la niebla, la noche...) y creo que este es el punto fuerte de la película, y en el único que el teatro se ve superado por el cine.

"Hamlet" es una obra maravillosa, y la película se salva muchísimas veces por eso, por el texto original. Pero es también muy traicionera, e igual que bien hecha puede ser fantástica, mal hecha puede ser un auténtico horror. No es que esta película sea un horror, tiene cosas buenas, pero ya digo que Kenneth Branagh debería haberse buscado a un protagonista mejor y haberse centrado en dirigir, y no hacer una cosa regular, y la otra rematadamente mal. Y definitivamente, el texto, respetanto el original, debería haber sido recortado, porque se hace muy larga. Y si eso no se puede hacer, pues a lo mejor hay que ser un poco radical y reconocer que "Hamlet" no se puede adaptar al cine. Aunque aún tengo que ver las demás versiones que se han hecho. Sobre todo me atrae la de Zeffirelli, si alguien la ha visto o alguna otra, acepto recomendaciones encantada.

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